La historia de la Hacienda de San Miguel de Montelirio se remonta a mediados del siglo XVIII, concretamente a 1754, como aparece en el azulejo del portón de entrada al recinto por lo que suponemos que fue este el año de su inicio o finalización constructiva.
En un principio fue propiedad de los jesuitas, que asistían en él a curarse las enfermedades contraídas durante sus misiones en el Nuevo Mundo, Las Indias. Con todo, la Orden de San Ignacio contaba con otras fincas en la provincia, de entre las que destacaban ésta y una existente en Aznalcázar, tanto para sanar como para recreo y residencia estival. Las propiedades de los jesuitas fueron en aumento hasta su expulsión en tiempos de Carlos III, concretamente el año 1767.
Pasará por varios particulares, perteneció al primer Marqués de las Marismas, D. Alejandro de Aguado, que se distinguió por su ayuda a los franceses durante la toma de España, hecho este que motivó el que terminara sus días exiliado en París.
En la actualidad, fue adquirida por D. Gregorio Aranda Alcántara, quien la ha convertido en su residencia permanente, dotándola de prestaciones para el desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas y sector servicios:
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Es una auténtica maravilla, tanto la parte antigua como la más moderna, un Museo del Carruaje fascinante, unos jardines increíbles...un patrimonio nazareno del que tenemos que estar muy orgullos@s!!
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